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El Cristianismo; el concepto de amor y perdón

El Cristianismo, el concepto de amor y perdón, en muchas ocasiones se pone a prueba cuando los extremistas abrazan la inmundicia al extender sus límites a niveles imposibles. Violar niños cristianos de tan solo 6 años, crucificarlos para humillación, decapitar a las mujeres y mostrar su cabeza no es suficiente violencia. Es como si lo hicieran a propósito para poner a prueba nuestro perdón, vienen y preguntan, que “¿Todavía puedes perdonarnos?”

Los extremistas cometen crímenes tan horribles y espeluznantes que a cualquier le pondría enfermo del estómago. Es verdad, toda acción tiene una reacción; mayor es la acción, mayor será la reacción. ¿Qué reacción podría esperarse de los cristianos que son humillados de la peor forma posible en público? ¿Odio? ¿Venganza? ¿Un deseo de que les pase lo mismo o peor? La respuesta correcta es la menos esperada: el perdón, el amor y la oración. No importa cuán mal los atribulen, lo único que quieren darles a sus enemigos es amor, perdón y buenos deseos.

El mundo, olvida que son humanos y da por hecho muchas cosas, la bondad por ejemplo. Los cristianos son pisoteados en nombre de la persecución  profetizado esta en las escrituras y se les dice que guarden silencio tomando el nombre de Dios que Él lo está probando. Se considera que la voluntad de Dios es que sufran persecución cuando se olvidan de su propia dignidad y caen a niveles que pueden describirse como inhumanos.

Cristo vino al mundo en el momento de peor castigo y sufrimiento para los blasfemos, a ellos se les daría la muerte más horrible. Si Él lo hubiera preferido podía haber elegido otro momento de la historia para venir, cuando morir, es menos doloroso y rápido, pero Él quiso sufrir los peores dolores y padecer el mayor sufrimiento. ¿Por qué fue así? Fue porque Cristo sabía la persecución que se avecinaba. Él estableció el claro ejemplo a seguir cuando tus enemigos te hacen mal, perdonar a los que les hacen padecer sufrimiento. El perdón y el amor describen el cristianismo y así debemos ser nosotros, los seguidores de Cristo.